Stalking es una voz anglosajona que significa acecho y que describe un cuadro psicológico conocido como síndrome del acoso apremiante. El afectado, que puede ser hombre o mujer, persigue de forma obsesiva a la víctima: la espía, la sigue por la calle, la llama por teléfono constantemente, la envía regalos, la manda cartas y sms, escribe su nombre en lugares públicos y, en casos extremos, llega a amenazarla y a cometer actos violentos contra ella.
El stalking está presente en los medios de comunicación, porque se hacen eco de los procesos y sentencias por este tipo de hostigamiento. En España apenas se menciona, pues no hay una auténtica legislación al respecto. Generalmente, el acosador ha mantenido una relación sentimental con la víctima y no acepta el hecho de haber sido abandonado
Conductas características del stalking
Existen una serie de conductas características de los casos de stalking que permiten reconocer y diferenciar este tipo de acoso de otros. La víctima de stalking suele sufrir todo tipo de comportamientos insistentes e inapropiados del stalker, como por ejemplo:
- Recibe regalos, cartas, emails, mensajes y llamadas telefónicas a todas horas.
- Es espiada en su hogar y seguida y hostigada por la calle y en espacios o eventos públicos.
- En la actualidad gran parte del stalking se ha desplazado a las redes sociales, donde el acechador vigilia, comenta o llega incluso a hackear la cuenta de la víctima con el fin de conocer cualquier cambio en su vida diaria.
- La víctima también puede sufrir allanamientos de morada.
- Y, en los casos más graves y extremos, puede recibir amenazas y sufrir algún tipo de delito violentO
Perfil de la víctima de stalking
Por regla general, cualquier tipo de persona puede ser víctima de stalking, ya que es difícil distinguir en un primer momento qué relaciones pueden tornarse en un caso de acoso. Las conductas de acecho no solo pueden darse en relaciones en las que haya habido previamente una relación sentimental entre víctima y acosador, también pueden ocurrir con un amigo, un vecino, un compañero de trabajo o, incluso, un desconocido. Por eso es necesario recalcar que la conducta obsesiva puede darse en cualquier tipo de relación, sin distinción en el grado de intimidad que se haya mantenido previamente.
Perfil del acechador o stalker
De lo anteriormente comentado puede desprenderse que cualquier persona puede llegar a ser un stalker, aunque la psicología ha agrupado a los stalkers en psicóticos y no psicóticos, y afirma que tras sus conductas siempre existe unsentimiento de enfado, hostilidad, obsesión, sentimientos de culpa o celos y malicia. Según el factor psicológico por el que esté más influenciado, el stalker puede ser clasificado en:
- Stalker resentido: el fin principal de sus conductas de stalking es asustar y afligir a la víctima debido a un sentimiento de rencor y resentimiento hacia ella, por cualquiera que sea el motivo.
- Stalker depredador: En este caso el acechador espía a su víctima, generalmente con fines de índole sexual, hasta que encuentra el momento adecuado para atacarla.
- Stalker rechazado: este acosador acecha con intenciones vengativas o con el fin de retomar una relación (amorosa, laboral, amistosa, etc) que la víctima ha roto.
- Stalker pretendiente ineficaz: este tipo de acechador suele tener poca capacidad de comunicación y de relación con otras personas y entiende de forma equivocada el hecho de compartir gustos, actividades o aficiones con la víctima, hasta llegar al punto de obsesionarse con ella.
- Stalker deseoso de intimidad: La obsesión por una relación amorosa e íntima con la víctima es la principal motivación de este tipo de stalker, que ve en la otra persona el alma gemela que siempre ha buscado aunque no tenga una relación estrecha ni profunda con ella.
Consecuencias del stalking sobre al víctima
En la mayoría de ocasiones, la finalidad de las conductas de stalking es el control, la búsqueda de intimidad y la necesidad de manipulación de la vida y actividades de la víctima. Todo ello provoca en esta cuadros de ansiedad, inseguridad y miedo, provocados por el hostigamiento continuo al que se ve sometida. También sufre temor por su integridad física y un continuo sentimiento de persecución y desestabilización. Como consecuencia, en muchos de los casos la víctima debe cambiar de número de teléfono e email, modificar sus hábitos cotidianos e incluso, en los casos más graves, cambiar de trabajo y de domicilio.
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